Cuando escuché por primer vez este término me imaginé uniformes, un montón de reglas, tableros de economía de fichas y mil cosas más.
En realidad, normalización es un término tomado de la antropología que significa convertirse en un miembro contribuyente de la sociedad. Para ella, hace referencia a el logro del niño por independizarse: su interés por la vida y el trabajo, es el paso de un estado desorientado y desordenado a uno de orden interior y amor por el trabajo.

La normalización se evidencia a partir de la presencia de 4 características: “Las cuatro características deben estar presentes para que podamos decir que un tipo normalizado común para el conjunto de la humanidad es que aparecen-por breve que sea la aparición de las características. El proceso suele ser invisible para nosotros, porque el proceso de normalización está oculto por las características no adecuadas para el niño. “ (La Mente Absorbente)
- Amor por el trabajo: “Amor al trabajo incluye la posibilidad de elegir libremente el trabajo, encontrar la serenidad y la alegría en el trabajo.” (M,M). Vemos que los niños eligen libremente actividades que realizan en orden a partir de lo que han aprendido para incorporar nuevos aprendizajes.
- Concentración: Se logra cuando, durante el desarrollo de las actividades, el niño se concentra como si la actividad lo absorviera. Frente a esto, citando de nuevo a Montessori ““Para ayudar a este desarrollo, no es suficiente proporcionar objetos elegidos al azar, sino que nosotros organizamos un ambiente preparado en donde encuentran “interés progresista””.
- Autodisciplina: Se ve en ciclos completos para terminar las actividades elegidas libremente por el niño:“Después de la concentración vendrá la perseverancia. . . Esto marca el comienzo de una nueva etapa en la formación del carácter. . . Es la capacidad de llevar a través de lo que él ha comenzado. Los niños en nuestras escuelas deben elegir libremente su trabajo. Este poder se muestra, sin lugar a dudas, diariamente durante años.”
- Sociabilidad: El respeto por el trabajo del otro, esperar el turno espontáneamente, el impulso de ayudar a los otros, entenderlos y alegrarse cuando completan su trabajo, y en general las relaciones armoniosas conforman la sociabilidad.
Ella hablaba de que la normalización se daba de manera espontánea en todos los niños, de manera explosiva, y por tanto, al presentarse debía ser protegida. y cómo hacerlo?
“La normalización proviene de la concentración en un trabajo. A este fin es preciso que en el ambiente existan motivos aptos para provocar esta atención: que los objetos se utilicen según la finalidad para que fueron construidos, lo cual conduce a un orden mental; y además que se utilicen exactamente lo cual conduce a la coordinación de los movimientos”
- El primer paso será contar con ambientes preparados: ordenados, que tengan estímulos que interesen al niño y satisfagan sus necesidades.
- Proporcionar actividades con objetivos específicos, que les ofrezcan retos que superar (deben ser acordes a las habilidades e intereses del niño) y que requieran exactitud y precisión para su ejecución.
- Presentar los materiales de manera precisa y adecuada. Esto no sólo le proporciona al niño una guía acerca de qué hacer, sino que su observación pasiva le obliga a ejercitar el autocontrol gracias a la expectativa que le genera la ejecución de la actividad.
- El ambiente debe permitir al niño elegir libremente las actividades que realizará. Por ello los materiales deben estar ordenados, listos para ser utilizados, y deben haberse presentado antes de hacer parte del estante.
- El adulto debe mantener la actitud de observador y guía, y permitir que sea el niño quien note su propio error. Allí la importancia de que las actividades y materiales tengan un control de error, para permitir al niño descubrir y aprender.
- No interrumpir al niño durante los ciclos de trabajo para permitirle el perfeccionamiento y la concentración. Es preferible volver a presentar luego la actividad que interrumpir al niño mientras trabaja.
- Independencia: “Cuando al niño se le da la libertad de desplazarse en un mundo de objetos, tiene la tendencia natural de realizar la tarea necesaria para su desarrollo totalmente por su cuenta”.
Si bien la normalización se presenta de manera explosiva, lo hace en tres niveles y en tres pasos.
Niveles:
- Las conductas desviadas van dando paso a las 4 características anotadas anteriormente. esto se da esporádicamente, pudiéndose repetir en cualquier momento. es una fase de alternancia entre momentos de desviación y de normalización.
- Aunque muchas desviaciones desaparecen, la normalización se da solo por algún tiempo, desde horas hasta periodos indefinidos.
- Aquí se nota un proceder recurrente y continuo, la formación de una personalidad
Pasos: deben darse secuencialmente hasta concluirlos.
- La elección de un trabajo:Adulto y actividad se preparan para el trabajo reuniendo los materiales necesarios y adecuando el lugar.
- Actividad en sí: Que inicia, tiene una fase intermedia y termina. debe perseverarse hasta completar la actividad.
- Conclusión: ya liberada la energía durante la actividad propuesta con paciencia, respeto, armonía y deseo de ayudar, se da por concluído el trabajo y e material vuelve a su lugar, tal como se tomó, para que esté listo para usarse de posteriormente.
Estas características se dan en todas las sociedades, y como las risas y los bostezos, se contagian!
Para Montessori, y como hemos podido intuirlo, la normalización se alcanza a través del trabajo, sobre todo manual, pues “la mano es el instrumento de la personalidad, el órgano de la inteligencia y de la voluntad individual. El desarrollo de la individualidad del niño significa la independencia sucesiva del adulto. Todos son obreros del universo y observadores de las leyes universales” (Montessori, 1986, p. 260).
Para el niño: el propósito del trabajo es la construcción del hombre, de producirlo. este se ordena internamente, movido por la energía espiritual y para dar crecimiento a su propia vida.
Para cerrar, es importante que como adultos y guías de nuestros hijos, debemos poner especial ahínco en nuestro trabajo personal, pues, citando de nuevo a Montessori, “Toda la potencia del adulto procede de la posibilidad que ha tenido su padre-niño de realizar plenamente la misión secreta de que se halla investido”